5 de junio de 2013

¿A dónde se dirige la investigación en música?

CosmoCaixa Barcelona


Conferencias

La música y su impacto en el cuerpo y la mente

Ciclo de conferencias
Del 31 de enero al 4 de junio de 2013
La música y su impacto en el cuerpo y la mente 
Martes 4 de junio | 19.00 h
¿A dónde se dirige la investigación en música?
MESA REDONDA
Antoni Rodríguez-Fornells (IDIBELL, investigador)
Jordi Morató (IDIBELL, periodista)
Rubèn López Cano (ESMUC, etnomusicólogo)
Mara Dierssen (CRG, investigadora)

Coordinación: Antoni Rodriguez-Fornells  ICREA-Universidad de Barcelona-IDIBELL


Algunas cosas que observé en esta mesa redonda en la que participé ayer:

En general la gente tiene aun una idea muy simplificadora e ingenua de las relaciones entre música y cerebro: Se cree que la alturas en sí mismas, los ritmos en sí mismos, o los estilos en sí mismos afectan al cerebro de manera específica como si fuera un estímulo sin mediación cultural. Es mucho más relevante la relación que establece un individuo con la música que le gusta que la música como objeto independiente.

¿La música en directo es mejor que la grabada? Ni mejor ni peor. Nos permite hacer cosas distintas y son las cosas que hacemos con ella las importantes. Sin negar que el sonido es un estimulador físico de la percepción, la actividad neuronal registrada en tareas musicales es también reflejo de lo que hacemos culturalmente con ella y no necesariamente un mero estímulo con respuesta fisiológica.

¿Escuchar música clásica te hace más inteligente? Fue muy reconfortante observar que mis compañeros en la mesa, neurólogos, discutieron los términos que solemos asociar a la inteligencia y se preguntaron si podemos seguir pensando que ser bueno en matemáticas y muy malo para las relaciones sociales es en verdad ser más inteligente.

En este sentido todos estuvimos de acuerdo en que la música es un fenómeno social y que hay que entenderla como tal.

Se comentó que los resultados de ciertas investigaciones neuromusicales están tardando mucho en aplicarse a la terapia o la o pedagogía y que tampoco está teniendo mucho impacto en la vida cotidiana: vivimos en una sociedad que le resulta más fácil entender que beber una copa de vino al día es bueno para el corazón. Pero no se toma en serio, al parecer, que cantar y bailar con regularidad mejora las condiciones de salud y prolonga la vida (según algunos datos) o que cantar al hijo nonato construye entornos de afecto, paz y neurohormonales que colaboran en su bienestar y el de su familia, que estudiar la música en escuela básica no debería reducirse a tocar cuatro notas en la flauta dulce sino comprender también todo lo que hace por nosotros y todo lo que le debemos como especie.

Pacientes de parkinson y con afecciones neuromotoras mejoran mucho con terapias en las que existe un seguimiento de tareas con ritmo musical. Pese a ello no se generalizan estas prácticas terapéuticas. Un problema es que aun no se explican bien las causas y no siempre se obtienen los mismos resultados. Pero el tratarse de terapias sin efectos secundarios ¿por que no simplemente se instauran?

Coincidimos en que la música es un fenómeno muy complejo que hay que estudiar como un cuadro cubista: desde diversas perspectivas simultáneamente. Lamento si mi alegato crítico sobre la políticas de investigación y evaluación y las dinámicas de producción de conocimiento y priorización de prácticas empíricas-cientificas sobre las humanidaes, fue demasiado enfático... no lo pudo evitar cuando hablo del divorcio entre ciencia y humanidades del programa original de las ciencias cognitivas...

Quedó demostrado:
Podemos dialogar científicos y humanistas, podemos aprender mucho los unos de los otros si respetamos discursos y aproximaciones. ¿Podríamos aspirar a tener un espacio de investgiación científica multidisciplinar de la música en Barcelona? Necesitamos espacios de formación tanto para científicos como para músicos y musicólogos. Espacios de intercambio. De colaboración.

Dinero no hay, pero recursos humanos sí hay, varios y de calidad... la verdad falta un poco de imaginación. Un bien bastante escaso...

Barcelona, 4 de junio de 2013

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